viernes, mayo 10, 2013

Craig Calhoun en Madrid: Transformación o caos

Meses después del colapso de Lehman Brothers los líderes mundiales urgieron una “refundación del capitalismo” que salvase a la economía de mercado de su hiperbólica financiarización. En la tarde de ayer, el reconocido sociólogo Craig Calhoun, recién nombrado rector de la London School of Economics and Political Science (LSE), indagó en el futuro del capitalismo durante una conferencia auspiciada por la Fundación Ramón Areces. Calhoun sostiene que el capitalismo sobrevivirá si consigue transformarse en una versión más sostenible de sí mismo. De lo contrario podría producirse un caos en el que el capitalismo fuese “un sistema entre muchos” y una larguísima transición hacia un nuevo régimen cuyos rasgos todavía no se intuyen. “No creo que a la hipotética muerte del capitalismo siguiese una revolución o la implantación de un sistema socialista”, afirmó el sociólogo, “sino una larga transición similar a la que medió entre el feudalismo y la era de los estados-nación.” Preguntado por la solución a la crisis europea, Calhoun ve posible una mayor integración de la eurozona, pero al coste de una (todavía) mayor ausencia de legitimidad popular de las instituciones europeas.

Seguimos hablando de ‘crisis’, observa el rector de la LSE, pero estamos viviendo algo más. El gran crack del 2008 se alarga más de la cuenta (está durando más que el de 1929), hasta el extremo de que Calhoun y otros colegas están a punto de publicar un libro bajo el título ¿Tiene futuro el capitalismo? (Does capitalism have a future? Oxford, 2013). A juicio de Calhoun, el capitalismo no “colapsará”, sino que muy probablemente se transforme en algo diferente a lo que conocemos. El crack actual se explica, dice, por la extraordinaria financiarización de la economía, que a través de créditos y derivados conectó como nunca los destinos del planeta. “Se ha hablado mucho de la expresión ‘too large to fail’ --demasiado grande para caer--, pero en realidad deberíamos hablar de ‘too connected to fail’ --demasiado conectados para caer--.”

Según Calhoun, el capitalismo está sometido a cuatro tipos de amenazas:

1.- Riegos sistémicos. En 2008, el 75% de la economía estadounidense estaba volcada en los activos financieros. La proporción era inversa en 1970, con tan solo un 25% de la actividad económica dependía del crédito y sus derivados. La financiarización ofrece dinero barato para los innovadores, pero ha creado una gran interconexión global que convierte a las crisis locales y regionales en crisis planetarias. “Estamos todavía demasiado interconectados, y este aspecto está todavía sin regular”, dice Calhoun. “Tenemos mucha legislación, por ejemplo, sobre la producción de alimentos, pero la regulación financiera es muy liviana. Una de las razones de esta carencia es la propia movilidad del capital: el dinero puede huir de las legislaciones locales muy fácilmente.”

2.- Déficits institucionales. El capitalismo depende de un contrato social implícito fundamentado en dos pilares: a) el crecimiento no tiene límite y b) los beneficios del crecimiento se distribuyen entre la población. “El capitalismo está perdiendo legitimidad”, apunta Calhoun, “porque se está revelando incapaz de cumplir ese contrato, ya que los beneficios se quedan en manos de unos pocos.” Citando de nuevo cifras de Estados Unidos, el sociólogo ilustró la creciente desigualdad desde los años 70. Por aquel entonces, la desigualdad salarial entre el más rico y el más pobre se situaba en una proporción de 25 a 1. Ahora, el guarismo se sitúa en 600 a 1. Esta desigualdad retributiva corre pareja al debilitamiento de las estructuras del estado de bienestar, al que cada vez le cuesta más paliar las crisis de desempleo.

3.- Límites al crecimiento. El capitalismo, dice Calhoun, es un régimen de externalización: internaliza los beneficios y externaliza los costes. “En ciudades como Beijing o Shanghái vemos las bondades del crecimiento, pero también la degradación ambiental asociada al mismo”, afirma el sociólogo. El capitalismo se está dando de bruces con la escasez de recursos: de tierra, de energía, de minerales… y con el cambio climático.

4.- Amenazas contextuales. El comercio ilegal y el blanqueo de capitales, del que Chipre era el ejemplo paradigmático, supone un cuarto del volumen total de la economía mundial. A una mayor evasión fiscal, menor capacidad de los estados para soportar los daños colaterales de la crisis. Porque si algo ha demostrado el crack de 2008, dice Calhoun aludiendo al título de uno de sus libros más conocidos, es que “las naciones importan”. La interconexión del capitalismo financiero nos había hecho creer que la pertenencia no importaba, que todos éramos ciudadanos del mundo. Pero hemos visto que, cuando se trata de sufrir la crisis, la distribución del sufrimiento se ha organizado de manera nacional, y nacional ha sido también la capacidad institucional de respuesta a la propia crisis.

El desencanto con los partidos políticos y las instituciones es muy semejante al que precedió la llegada del fascismo, y así lo recordó uno de los asistentes a la conferencia en el turno de preguntas. Calhoun admitió el paralelismo, pero dijo que no creía en la vuelta del fascismo. Sí manifestó su preocupación por movimientos como el Tea Party o el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo: “estos movimientos son anti-políticos. No quieren gobernar, sino que hacen política en contra de la política.” Preguntado por el sistema que podría reemplazar al capitalismo contemporáneo, Calhoun se mostró cauto: “la transición del feudalismo al capitalismo no fue instantánea, sino que duró tres siglos. Tuvimos guerras de religión y quiebras de imperios, como el español. Si el capitalismo entra en declive, seguirá un largo periodo de conflictos que intentarán conseguir algún tipo de estabilidad.” En cuanto a la reforma fiscal de la UE, Calhoun dice que está bloqueada por motivos políticos. “En esta ocasión los responsables no han sido la tecnocracia ni la burocracia bruselense, sino estados como Alemania, que están empeñados en preservar las instituciones financieras existentes en Europa.” Posición no muy distinta a la que manifiesta el profesor de economía de Harvard Alberto Alesina en una entrevista publicada hoy por el diario El Mundo.

Neo-medievalismo y economía Mad Max son, pues, las tendencias de futuro. El capitalismo, desde luego, ya no es lo que era.

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Nota: El audio de la conferencia puede descargarse aquí.

Relacionado: Entrevista a Craig Calhoun en El País (5 de mayo de 2013).

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